Sabe a sin sabor, pero tiene mucho color,
me distraigo cada vez que salgo, pues no me decido a donde ver.
Y eso que a veces es alto y fuerte , pequeño y débil pero siempre me da un respiro y que aplastamos como si fueran hormigas, disimulamos que no nos damos cuenta.
ya no hay que aplastarlos.
No, ya no. Hay que llenarnos de ellos
hasta el cuello.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario